¿Alguna vez has sentido cómo la energía de miles de almas se fusiona en un rugido que te atraviesa el pecho? Eso fue París el pasado 2 de octubre. Parkway Drive, con dos décadas de acero en la espalda y la furia australiana en las venas, desencadenó un terremoto en el Zénith que dejó boquiabierto hasta al más veterano. Que no engañe la cortesía de un “Merci, Paris!”: lo que se vivió allí fue bestia pura, una batalla de riffs, fuego y emociones sin filtro. Y lo mejor: apenas estamos en la antesala de una gira que promete arrasar Europa y abrir nuevas cicatrices en la historia del metal moderno.
Parkway Drive: veinte años y ni una arruga, solo fuego
Cuando una banda cumple dos décadas te esperas cierta nostalgia o ese aire ceremonioso que suele oler a naftalina rockera. Nada de eso con Parkway Drive. Acompañados por sus secuaces The Amity Affliction y los brutales Thy Art Is Murder, la peña de Winston McCall destrozó las expectativas en París. Lo del Zénith fue un aquelarre moderno: una avalancha de luces, llamaradas y breakdowns que te agarraban de los pelos, en plan “aquí no hay lugar para los blanditos”. ¿Que si la audiencia respondió? Bueno, basta ver los foros, vídeo tras vídeo, para entender que aquello fue rodillo sanguinario, comunión total, puños al aire y ojos brillando como carbones encendidos.
Por si alguien lo dudaba, la banda dejó claro en Instagram que caminar sobre el escenario parisién sigue siendo tan vital como el primer día. Pero las palabras sobran cuando el sudor y la adrenalina derraman por las paredes del Zénith. Los fans, enloquecidos, responden con cataratas de comentarios: hablan de un concierto “mítico”, del “mejor que han visto jamás”… Y, sinceramente, si no lo viviste, probablemente tu vida metalera tiene ahora un agujero negro difícil de tapar.
Setlist bestial y sorpresas para los fieles
¿Quieres saber qué se escuchó? Muy simple: dieciocho temazos descargados sin piedad. Desde clásicos como “Carrion” hasta la caña reciente de “Sacred”, Parkway Drive demostró que no han perdido pegada ni hambre. Hubo sorpresas potentes: la aparición estelar de Joel Birch (The Amity Affliction) para convertir “Boneyards” en un delirio apoteósico. O ese solo de batería en “Crushed”, con el Zénith temblando como una olla a presión, para cerrar brutalmente con la inflexible “Wild Eyes”.
Setlist completo de Parkway Drive en París:
- Carrion
- Prey
- Glitch
- Sacred
- Vice Grip
- Boneyards (feat. Joel Birch)
- Horizons
- Cemetery Bloom
- The Void
- Wishing Wells
- Dark Days
- Idols and Anchors
- Chronos
- Darker Still
- Bottom Feeder
- Crushed (con solo de batería)
- Wild Eyes
Cientos de móviles alzados, vídeos caseros saturando las redes… porque nadie quiere que un instante así se pierda en la memoria. Si no estuviste allí, busca los directos: el sudor y la potencia atraviesan la pantalla, es real.
El camino sigue: ¿nuevo disco a la vista?
La gira europea está lejos de terminar. Parkway Drive tiene París tatuado en la piel, pero el huracán hará escala en Lyon, en Roma, en Berlín… Cualquier ciudad que se precie de metalera puede ir preparándose: la celebración sigue y los rumores sobre un nuevo álbum corren como la pólvora. De momento, “Sacred”, single estrenado tras tres años de silencio compositivo, marca el pulso. ¿Se vendrá disco en 2025? Solo los dioses del breakdown tienen la respuesta, pero está claro que los australianos no han venido a acomodarse.
¿Quién necesita mirar atrás?
Mientras otros celebran aniversarios con recopilatorios insulsos o giras nostálgicas que parecen funerales, Parkway Drive elige prender fuego al presente. No hay resaca, solo hambre y una furia contagiosa. Y si algo nos enseñó la noche del 2 de octubre es que el metalcore, cuando es auténtico, no conoce de relojes ni de modas pasajeras. En París, la música dejó cicatrices. Y vaya si dolieron bien.
