Slipknot lucha en los tribunales para recuperar su web oficial

¿Puede el nombre de tu banda convertirse en una trampa digital que te persiga durante décadas? Slipknot, reyes absolutos del nu metal y especialistas en mascarar la realidad, tienen su propio infierno online: más de 20 años sin controlar su propio dominio web. Pero ahora han ido a la guerra —y no, no hablamos del mosh pit, sino de tribunales y abogados. ¿Quieres saber cómo una dirección en Internet puede valer millones y cabrear a unos titanes del metal? Sigue leyendo, porque esto sí que no te lo esperabas.

Slipknot vs. el fantasma digital: La lucha por slipknot.com

Desde hace más de veinte años, el dominio slipknot.com es territorio enemigo: alguien —tras un muro de anonimato, compañías offshore en las Islas Caimán y un mar de “quién sabe”— lo ha tenido secuestrado desde 2001. Y mira que el grupo ya tenía recorrido, ¿eh? Seis años dando caña y ni el nombre propio pudieron registrar. Durante todo este tiempo, los de Iowa se conformaron con la alternativa slipknot1.com. Suena cutre, lo sabemos, pero ¿qué otra opción les quedaba?

El verdadero problema: mientras los fans buscaban conciertos y merchandising oficial, la web impostora llenaba los bolsillos de algún listillo explotando la fama ajena. Links a entradas, VIP, camisetas falsas —una orgía de confusión y piratería digital que solo puede cabrear a quienes se parten la cara en escenarios de medio mundo.

Cybersquatting: el negocio sucio de robar identidades rockeras

Haz memoria: finales de los ‘90, Internet era el salvaje oeste. Todo el mundo reservaba nombres de dominio esperando venderlos. Y ahí sigue atrapado Slipknot, víctima de los piratas digitales, enfrentándose a un adversario sin rostro ni nombre, protegido tras legalidades de chiringuito.

Ahora, Slipknot ha calentado el motor legal y se ha plantado en el tribunal federal de Alexandria, Virginia, sacando pecho con la Anti-Cybersquatting Consumer Protection Act (a.k.a. “la ley anti listillos del dominio web”). Su argumento es demoledor: “Habéis usado nuestro nombre para engañar a la peña y forraros. Ponedlo de vuelta donde pertenece y dejadnos en paz.”

2025: Anniversario, nuevo disco… y batalla legal

Es irónico: justo cuando Slipknot está celebrando los 25 años de su primer disco (triple platino y una reedición tocha de 59 temas, ojo ahí), y mientras negocian vender todo su catálogo musical (¿120 millones de dólares? ¿Locura o visión?), tienen que desenterrar este cadáver digital.

Pero no solo pelean por el pasado. Los de la máscara se han sacudido el polvo y van a por todas. El flamante batería Eloy Casagrande ya insinuaba hace poco que la máquina está en marcha: “Estamos cocinando nuevas canciones, la cosa va en serio.” Jim Root, el de los riffs como cuchillas, lleva seis temas listos y un arsenal de ideas en el horno. O sea: Slipknot no piensa jubilarse, ni dejarse pisotear en la red.

Un horizonte cargado de metal (y juicios)

  • ¿Ganarán finalmente el derecho a su dominio?
  • ¿Es esto el preludio de un comeback digital y creativo brutal?
  • ¿O una historia más donde la avaricia tech saca los colores al mundo de la música?

Nadie sabe cómo terminará este pulso. Lo que está clarísimo es que Slipknot no es de los que se rinden fácil —ni en el escenario ni en la jungla legal. Así que mejor agárrate, porque en 2025 la batalla no estará solo en los amplificadores. Estará en los bits, los nombres y la mala leche digital que persigue incluso a los mejores.

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