El concierto de Disturbed en Bélgica se cancela y esta es la razón que ha sorprendido a sus fans

¿Puede la política tumbar el volumen de Disturbed? Una decisión de infarto deja a los fans belgas sin su esperado concierto y pone sobre la mesa el eterno choque entre libertad artística y controversia pública. Cuando los riffs dan paso al debate, algo huele a pólvora…

Disturbed: del escenario al ojo del huracán

Lo que prometía ser una noche de pura adrenalina y metal alternativo en Bruselas se ha ido evaporando entre polémicas, comunicados oficiales y una tensión que ni siquiera los mejores breakdowns pueden disipar. El concierto de Disturbed, previsto para el 15 de octubre en el Forest National, ha sido cancelado en el último momento, y no precisamente por un problema de salud o logística. Hay quien dice que esto es historia viva del rock moderno y tal vez tengan razón.

¿Censura o protección? El trasfondo político desata la tormenta

¿El motivo? Las autoridades locales han cerrado filas, alegando motivos de seguridad y presión social por las recientes declaraciones y posicionamientos del vocalista David Draiman. La chispa: una foto publicada en 2024 donde Draiman aparece firmando un obús en una base militar israelí, acompañada de un mensaje que no dejó indiferente a nadie. El estallido en las redes sociales fue inmediato, y la polémica creció hasta convertirse en ofensiva total en pleno contexto del conflicto entre Israel y Palestina.

El propio alcalde del distrito de Forest, Charles Spapens, metió el dedo en la llaga dejando claro que la decisión es tanto de orden público como moral. “No estamos de acuerdo con traer a este artista, y mucho menos con sus opiniones sobre Gaza”, dijo, para encender aún más la mecha. A todo esto, varios sindicatos habían anunciado manifestaciones esa misma noche, alimentando el temor a disturbios que podrían superar cualquier wall of death.

La gira continúa… por ahora

Mientras los tambores de guerra siguen sonando en las calles de Bruselas, Disturbed opta por mantener la ruta intacta en el resto de Europa. Celebrando el cuarto de siglo desde el mítico The Sickness, la banda sigue adelante con Megadeth como teloneros (sí, has leído bien), y el próximo asalto será en París, tres días antes de la fecha belga maldita. Hasta el cierre de esta edición, nadie ha bloqueado la cita francesa. Pero con el ambiente tenso… ¿quién sabe?

Por si fuera poco, el grupo ya ha terminado de grabar su próximo álbum, aunque juegan al despiste y todavía no sueltan la fecha exacta de lanzamiento. Dan Donegan, guitarrista, se muestra impasible: “Ahora mismo, preferimos centrarnos en el directo”. ¡Rock de vieja escuela!

Draiman: redes sociales y detonadores de opinión

Si hay algo que define a David Draiman, más allá de su inconfundible voz, es su implicación brutal en redes sociales. Tras cada publicación suya, las reacciones se dividen entre adoración y linchamiento, típico de este siglo incendiario. Lo cierto es que Draiman no es de los que callan ante la polémica, y muestra de ello fue su actuación en Birmingham en el festival Back To The Beginning, donde los ánimos ya estaban encendidos previamente… ¡Vaya tipo!

¿Y ahora qué? Disturbed, la controversia y el futuro del metal

Que la política y el heavy metal han chocado antes es un tópico, pero lo de Disturbed en Bruselas marca un antes y un después en la manera en que las ciudades europeas gestionan la presión social sobre sus carteles de conciertos. Los fans, como era de esperar, han encendido foros, grupos de Facebook y hasta peticiones online, mientras los trolls huelen sangre y buscan pelea.

¿Se volverán más comunes las cancelaciones por presión política? ¿Está realmente en jaque la libertad artística cuando los músicos rozan la línea de la controversia? Disturbed, de momento, parece decidido a no dar marcha atrás, y su maquinaria metalera seguirá rugiendo en otras ciudades. Pero el eco de este portazo belga resonará mucho más allá de la noche de octubre.

¿Qué opinas tú? ¿Límites o libertad total en el metal?

Puedes insultar, rabiar o aplaudir, pero una cosa sí es segura: el rock y el metal siguen siendo el último bastión de lo políticamente incorrecto. Y en 2025, eso sigue escociendo.

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