El origen del metal: una reveladora conexión con una canción de Jimi Hendrix según este autor

¿Fue realmente Jimi Hendrix el pionero oculto del metal? Jason Schneider pone el dedo en la llaga y desata una ola de debates intensos entre los amantes del rock más pesado.

La audaz teoría de Jason Schneider: Hendrix como el padre del metal

¡Agárrense, rockeros! ¿Y si os dijera que el heavy metal no nació con Black Sabbath, sino con una canción de Jimi Hendrix? Según el autor Jason Schneider, esta afirmación no es nada descabellada. En una conversación apasionante en el podcast Booked on Rock, Schneider dio un vuelco a la narrativa clásica al señalar la grabación de Hey Joe en octubre de 1966 como el momento mágico donde todo comenzó.

El autor relata cómo Hendrix revolucionó el estudio ese día. Con el volumen al máximo y el amplificador a toda mecha, obligaba a los ingenieros de sonido a bailar a su ritmo. Según sus palabras, era tanta la fuerza que se desprendía de su guitarra que “todo vibraba en la sala”. Este enfoque casi destructivo generó una saturación sonora que nunca antes se había captado en un disco. Algo estaba cambiando, eso seguro.

Reescribiendo la historia del rock

Schneider no solo ve a Hendrix como un solitario pionero. Apunta a un fenómeno colectivo dentro de la música de los años 60: bandas como The Who y Cream también buscaban ese sonido atronador, armados con sus amplificadores Marshall. Para Schneider, allí está el cruce de caminos donde el rock empezó a templar el acero del metal. Y es una reflexión que sigue echándole gasolina al eterno debate sobre la verdadera génesis del metal, una discusión siempre centrada —hasta ahora— en el debut de Black Sabbath en 1970.

El efecto de Hey Joe en la escena rock

El impacto de Hey Joe fue un catalizador, alcanzando un reconocimiento notable cuando se situó en el 6º puesto de las listas británicas en 1967. Se trataba de un gancho irresistible hacia el nuevo sonido que Hendrix ofrecía, un torbellino de notas que, como describió St. Vincent, habría retumbado igual de fuerte incluso si se hubiera grabado con una lata vieja. Este es el tipo de energía cruda que, según Schneider, encendió la chispa del heavy metal.

Así que, amigos amantes del metal, es hora de desempolvar esos vinilos de Jimi Hendrix y prestar atención a esos riffs sublimes y robustos. Quizás, como argumenta Schneider, el metal no nació bajo el cielo oscuro de Birmingham, sino entre los intensos fogonazos de una Stratocaster en 1966. ¡Vaya inmersión en la historia del rock! ¿Y vosotros, qué opináis?

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