¿Alguna vez te has preguntado qué sucede cuando un gigante del rock implosiona y los sobrevivientes deben reinventarse para no ser engullidos por el olvido? Así fue exactamente lo que Mark Tremonti y su banda Alter Bridge experimentaron tras la caída de Creed.
La tormentosa transición desde Creed
Los tumultuosos años 2000 marcaron el fin de una era dorada para Creed, cuyas canciones inolvidables como «Higher» y «With Arms Wide Open» parecían indestructibles. Sin embargo, nada podría sostener las tensiones internas, ni los problemas personales del vocalista Scott Stapp y el adiós del bajista Brian Marshall. Mientras Stapp incursionaba en su carrera solista, Mark Tremonti, junto al baterista Scott Phillips, comenzó a trazar un camino nuevo reuniendo a Marshall y buscando una voz fresca. Así nació la colaboración con Myles Kennedy.
En una conversación reciente con Loudwire, Tremonti rememora aquellos días oscuros con emoción: «Estaba aterrado. Creed era mi mundo, mi vida entera. Verlo desmoronarse… fue un verdadero shock. Estábamos en modo supervivencia». Para Tremonti, cada acorde significaba un propósito que ahora parecía desvanecerse.
La forja de Alter Bridge desde sus cimientos
Despojado de certezas, Tremonti no se quedó inmóvil. Con una visión renovada, pronto se lanzó a crear sin descanso. Aprendió a utilizar Pro Tools, desafiando sus limitaciones tecnológicas: “No era mi fuerte, pero el avance era primordial. Compré el equipo necesario, aprendí mientras lo usaba y comencé a crear”. Aunque hoy, bromea, no podría abrir una sesión de Pro Tools sin ayuda, esa época marcó un antes y un después en su carrera.
La misión estaba clara: delimitar una línea con el pasado de Creed y aventurarse en un nuevo sonido. Encontraron en Myles Kennedy, exmiembro de Mayfield Four, la voz única y llena de fuerza que buscaban. «Un amigo me puso uno de sus discos y me preguntó: ‘¿Recuerdas a ese tipo que estuvo de gira con nosotros?’ Cuando escuché ‘Summer Girl’, supe que era él. Era exactamente lo que necesitábamos”, relata Tremonti con entusiasmo.
La batalla por hacerse un nombre
Aun equipada con talentos impresionantes, Alter Bridge no lo tuvo fácil. Los críticos les recordaban constantemente su herencia de Creed, un vínculo que por momentos parecía inquebrantable: “Éramos jóvenes e impetuosos. Lo dimos todo, pero el inicio fue duro. Todavía llevábamos el peso de Creed, pero teníamos la firme decisión de avanzar”.
Gracias a su actitud resiliente, Alter Bridge finalmente logró superar esas barreras. Su álbum debut, «One Day Remains» (2004), presentó una nueva amalgama de contundentes riffs, melodías atrapantes, y vocales impresionantes. Con el tiempo, no solo consiguieron el respeto en la escena del rock, sino también una base sólida de seguidores fieles, demostrando que el ave fénix renace de sus cenizas.