Básico, no? La tristeza envolvía a los fanáticos del rock y del metal como una densa niebla. Pero como diría aquel legendario artista ya ausente: ¡el espectáculo debe continuar! En medio de estas emociones, una de las más destacadas figuras de la guitarra, Orianthi, se subía al escenario de La Nau en Barcelona para demostrar que la música sigue viva y latiendo con fuerza.
Un Encuentro Íntimo en La Nau
El ambiente en La Nau era una especie de santuario para los amantes de las cuerdas. Con una vida dedicada por completo a la música, Orianthi hizo su entrada a este templo del rock, compartiendo sus maravillosas historias sonoras y envolviendo a todos con esa mística a lo Stevie Nicks, pero versionada en guitarra de alta energía. Una carrera salpicada de colaboraciones con titanes del calibre de Santana y Steve Vai, le ha brindado una solidez innegable en sus actuaciones en vivo. Esa noche, su setlist nos llevó por un viaje a lo largo de sus trabajos en solitario y algún que otro cover de sus ídolos. Todo esto, como parte de la gira para presentar su álbum «Some Kind Of Feeling».
Un Trío Imparable
Al adentrarse en el escenario formando parte de un trio contundente, Orianthi demostró su liderazgo natural. Comenzó su actuación sin acompañamientos innecesarios, apostando por una potente conexión directa con el público. El espectáculo había capturado un lleno notable, que aunque no completó aforo total, se tradujo en un público diverso y efervescente. Con camisetas que hablaban de variadas inclinaciones musicales, la audiencia compartía una pasión común: la admiración por Orianthi. La interacción era palpable, en la que la ovación y los aplausos crearon una atmósfera envolvente, casi tribal.
Una Guitarra con Voz Propia
La puesta en escena de Orianthi irradiaba magia y destreza. Junto a su fiel sección rítmica, el bajista Justin Andres y el batería Elias Mallin, la intensidad del show se mantenía constante. La guitarrista no solo brilló alternando riffs que soportarían un clásico hard rock de los 70, sino que cada solo era una narrativa de emociones; de esas que te arrancan un suspiro. Sus temas icónicos resonaron con fuerza, mientras que sus interpretaciones de figuras influyentes aportaron una capa extra de profundidad a la velada.
Un Viaje a Través del Rock
La sentida interpretación de «First Times Blues» abrió una noche llena de momentos electrificantes. La cálida acogida del público fue correspondida con un repertorio que incluyó la popular “Sinners Hymn”, que lograba transportar a los presentes más allá de sus propios límites. El setlist era una exploración de su alma musical, intercalando joyas de su repertorio y reinterpretaciones como “Never Make Your Move Too Soon” de B.B. King, que profundizaron su conexión con el blues.
Recuerdos y Tributos
Los homenajes a sus héroes se sucedieron, rindiendo un homenaje especial a Billy Gibbons con “Sharp Dressed Man”. Todo el espectáculo fue una montaña rusa de emociones y géneros, permeado por un destello de nostalgia, como ese guiño a Free con «All Right Now». La noche avanzaba con la magia de “Rescue Me” y el clímax del enérgico encore: “According To You”, que resonó con la frescura de su estreno. Un final apoteósico con el cover de Jimi Hendrix “Voodoo Child (Slight Return)” dejó al público extasiado, consolidando su posición como un icono de la guitarra contemporánea.
La legendaria interpretación de Orianthi en Barcelona fue un testamento de su capacidad de reunir experiencias musicales que trascienden generaciones, conjuntando un público diverso con lazos de sonido y “feeling” que, en una noche de julio, nos recordaron que el rock, al igual que el show, nunca muere. Ahí, sobre el escenario, Orianthi demostró más allá de cualquier duda que es una figura icónica que ha dejado su huella en el panteón de las grandes guitarristas.
