Anders Fridén de In Flames alucina con el nuevo disco de Orbit Culture y quiere que todo el mundo lo escuche


¿Puede un solo disco sacudir los cimientos del metal moderno? Cuando Anders Fridén, el carismático vocalista de In Flames, habla, la escena tiembla. Y si, además, bendice públicamente el nuevo álbum de Orbit Culture diciendo que «el mundo tiene que escuchar esto», es porque algo realmente gordo está ocurriendo. ¿Estamos ante el punto de inflexión para los suecos que llevan años fraguando una bestia sonora?

Anders Fridén suelta el hacha: Orbit Culture está aquí para echar abajo las puertas

No todos los días una leyenda viviente como Fridén se desvive en halagos. Últimamente, lo ha dejado caer en sus redes sociales: Orbit Culture no puede seguir siendo el secreto mejor guardado del metal europeo. «J’adore ces gars» soltó el sueco, como quien lanza gasolina en un incendio. Porque si algo queda claro, es que Death Above Life, el recién salido del horno, lleva de la mano a una nueva generación de metal que se atreve con todo: potencia bestial, atmósfera densa y esa producción moderna, limpia pero arrolladora. Vamos, no es casualidad que la crítica y el público les hayan puesto ya en el altar de nombres como Lamb of God o Machine Head. ¿Repetimos? Sí, el listón no es precisamente bajo.

El rugido de ‘Death Above Life’: Denso, industrial y demasiado humano

Saltó el 3 de octubre, corto y directo al mentón: diez cortes que atraviesan la oscuridad desde el primer segundo de «Inferna» hasta la última nota de «The Path I Walk». ¿Lo más rabioso? «Bloodhound», con un videoclip que parece sacado de una pesadilla de John Carpenter, es pura metralla y reivindicación. Cada riff, cada gutural parece decir «aquí no nos explota nadie, aquí manda la furia». Y no es postureo: Niklas Karlsson, líder absoluto y guitarrista, reconoce que no es solo música, es una terapia, un salto al vacío forzado por el desgaste… y el deseo de reinventarse.
Hablan de influencias industriales, introspectivas, incluso progresivas por momentos. Y se nota. Aquí la sombra de la desesperación y la rabia es tan alargada que casi puedes oler el metal ardiendo bajo la lluvia.

  • Inferna
  • Bloodhound
  • Inside The Waves
  • The Tales Of War
  • Hydra
  • Nerve
  • Death Above Life
  • The Storm
  • Neural Collapse
  • The Path I Walk

El imperio del directo: Orbit Culture prende fuego a Europa

Por si quedan dudas de lo serios que van, Orbit Culture ha anunciado una gira que va a hacer sudar las salas de media Europa. Francia, Suiza, Bélgica, y unas cuantas ciudades más caerán bajo la tormenta sonora en octubre y noviembre. ¿España? Aún nada oficial, pero viendo cómo se está poniendo el panorama metalero en la península, es cuestión de tiempo. En la agenda: Lille, París, Zurich, Amberes y un reguero de fechas por Alemania, Austria, Polonia, Países Bajos, y los gélidos escenarios del norte. No nos engañemos: si te gusta la tralla con pegada, catársis y mucho sudor, este es el tour que te revitalizará la fe metálica en directo.

Fridén pasa del postureo y lo comparte a pecho descubierto

No hay nada más demoledor que la aprobación del maestro. Basta un vistazo a su Instagram para ver que Fridén no habla por hablar; lleva siguiendo a Orbit Culture desde que eran unos chavales de garaje afinando las guitarras al límite. Ahora los bendice en público y, sinceramente, ¿quién es capaz de discutirle a uno de los padres del death melódico?

¿Nuevos dioses del death metal melódico?

Descendientes de la generación dorada escandinava, Orbit Culture juega fuerte en terrenos pantanosos del groove, el death alternativo y los riffs que te dejan sin cuello. No hay exceso, no hay floritura vacía: apenas furia, oscuridad y ganas de morder. Hay quien los acusa de copiar fórmulas, pero, sinceramente, su autenticidad está en el sudor que dejan en cada disco y cada escenario. Y si el futuro va de honestidad, pegada y riesgo, más nos vale acostumbrarnos a su nombre. El metal del siglo XXI les pertenece, por mucho que duela a los talibanes del purismo.

¿Quién necesita un nuevo referente? El metal ya lo ha encontrado.

Mientras muchos grupos de la vieja guardia viven de rentas y nostalgia, Orbit Culture viene feroz, ansioso, con hambre y mala leche. Si un disco puede volverse imprescindible en pleno 2024, va a ser este. «El mundo tiene que escuchar esto», dice Fridén. Lo dice el instinto. Y, seamos honestos, a veces solo hay que hacerle caso al instinto animal del metal.

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