El gran error de Chinese Democracy de Guns N Roses que dejó a muchos fans decepcionados

¿Alguna vez te has preguntado qué llevó a la legendaria banda Guns N’ Roses al borde del precipicio y por qué su tan esperado álbum ‘Chinese Democracy’ terminó siendo un fiasco? El exmánager Alan Niven tiene mucho que decir al respecto, y ninguna de sus palabras es amable.

El Amanecer de un Desastre: Golpe de Estado Interno

En una reciente entrevista con Appetite for Distortion, Niven no se guardó nada y apuntó directo al corazón del conflicto. Según él, la producción de ‘The Spaghetti Incident?’ y ‘Chinese Democracy’ fue el resultado de un verdadero golpe de estado interno en la banda, orquestado nada menos que por su sucesor, Doug Goldstein, junto con el abogado Michele Anthony. Niven no desperdicia oportunidad para recalcar que Goldstein, quien hasta entonces se había limitado a ser el tour manager, de repente reclamaba una importancia jamás antes vista.

El asunto, para Niven, es claro: «Doug era un buen tour manager, sí, pero su involucramiento en las decisiones artísticas y de estrategia fue más que cuestionable». Sin rodeos, culpa a Goldstein y Anthony del desmoronamiento de una de las alineaciones más icónicas del rock.

El ‘Pecado Capital’ de ‘Chinese Democracy’

¿Y qué opina Niven sobre ‘Chinese Democracy’? Pues nada halagador. El exmánager no se mordió la lengua al definir el álbum como «aburrido» y describirlo como un trabajo solista de Axl Rose disfrazado bajo el icónico logotipo de GN’R. «Llamarlo Guns N’ Roses no era honesto», sentencia, añadiendo que la pérdida de la química natural entre sus miembros fue una oportunidad desperdiciada. «¿Quién sabe qué música habrían creado si hubieran mantenido esa magia?», se lamenta.

¿El Problema Real? Axl Rose

La entrevista sube de tono cuando Niven revela la causa principal del colapso de la banda: el control absoluto ejercido por Axl Rose. Desde sus comienzos, las tensiones con el resto de los miembros eran evidentes, y el relato de Izzy Stradlin, guitarrista fundador, lo deja patente. Según Niven, Stradlin confesó que su pasión por el rock prácticamente murió en 1986, después de firmar el contrato con GN’R, ya que desde entonces fue solo presión y estrés.

No olvidemos aquella anécdota que Niven no puede borrar de su memoria: Izzy, agotado, irrumpe en su habitación de hotel tras un concierto para desahogarse: «Ese hijo de puta —refiriéndose a Axl— nos hace miserables cada día». Una frase que encapsula la tensión y frustración que se cocía a fuego lento detrás del telón de una banda que, a pesar de sus altibajos, sigue siendo leyenda.

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