¿Es «Hymns In Dissonance» el álbum de metal más brutal de 2025? Desde que llegó a las estanterías el 7 de marzo, hay quienes lo afirman sin dudar. Y no es para menos: Whitechapel ha conseguido fusionar la violencia cruda y contundente de sus inicios con un toque moderno que ha dejado boquiabiertos incluso a los más escépticos.
Redescubriendo el Sonido Brutal
La banda dejó atrás la melodía de sus anteriores trabajos, como The Valley (2019) y Kin (2021), para regresar con la agresividad que los definió en sus primeros días. Bajo la producción del guitarrista Zach Householder, Hymns In Dissonance destaca por un sonido demoledor, hábilmente mezclado por Drew Fulk y Jeff Dunne, y con un masterizado de Ted Jensen que potencia cada decibelio. Brandon Zackey, la última incorporación a la batería, ha puesto el listón muy alto con su velocidad endiablada y precisión quirúrgica, haciendo que cada riff de guitarra se sienta como un cuchillo afilado atravesando la atmósfera.
Oscuridad en Cada Acorde
El álbum no solo es una obra de arte sónica; también juega con tópicos oscuros, burlándose de los himnos tradicionales para ofrecer un caos que obliga al oyente a enfrentarse a sus propios demonios. Alex Wade, guitarra de la banda, explicó: “Queríamos algo que impactara, que asustara y que fuera brutal”. Y lo han logrado. El disco comienza con fuerza descomunal desde el primer corte, Prisoner 666, transportando al oyente a un abismo de gritos agónicos cortesía de Phil Bozeman, quien demuestra un rango vocal que va desde guturales hasta espectrales chillidos.
El Regreso de una Era
Desde la salida de The Valley, Whitechapel ha matizado su brutalidad con una madurez que le permite explorar territorios musicales más complejos. Los fans del deathcore reconocerán las raíces del grupo en temas que recuerdan a The Somatic Defilement y This Is Exile, pero esta vez están acompañadas de una sofisticación insospechada. Este equilibrio entre brutalidad y sutileza narrativa asegura a Hymns In Dissonance un lugar entre los álbumes más sobresalientes de 2025.
El Metal Vive y Resuena
Así que, si te preguntabas si la escena del metal aún tiene vida, Whitechapel lo confirma con creces. Hymns In Dissonance es un testamento de la vitalidad del género, y si algo está claro es que el metal sigue fuerte y sin intenciones de ceder terreno. Con esta obra, Whitechapel reafirma su lugar en el panteón del metal extremo, proporcionándonos un disco que, a estas alturas, difícilmente podrá ser superado este año.