¿Qué tienen en común una camiseta de ‘Dawn of the Dead’, pantalones acampanados y el logo de ‘666’? La respuesta es un joven Cliff Burton, y todo ello se conjugó en el escenario en uno de los conciertos más memorables que un joven Robb Flynn, de Machine Head, atesorará toda su vida.
Metallica: Pioneros en la escena del metal
Desde que Metallica lanzó su álbum debut, ‘Kill ‘Em All’, en 1983, el mundo supo que el metal se estaba transformando. El álbum por sí mismo plantó una semilla, pero los conciertos en vivo eran otra historia. Ver a los de San Francisco en su elemento natural, en plena juventud, era una invitación a lo salvaje y lo incontrolable.
Recuerdos de una noche épica
En una conversación con Garza Podcast, Robb Flynn, el inconfundible líder de Machine Head, relató su primera experiencia viendo a Metallica en directo. Ese momento ocurrió el 2 de septiembre de 1983 durante el penúltimo concierto de la gira «Kill ‘Em All For One Tour». Incluía además a Exodus y los cabezas de cartel, Raven. ¡Vaya show!
«Cuando entramos, lo primero que vimos fue a James Hetfield firmando autógrafos», comentó Flynn. Sin pensarlo dos veces, pagaron su entrada por unos míseros 7 dólares y ahí estaba, el propio Hetfield en un taburete, como cualquier otro colega del barrio, escribiendo «Fuck yeah» junto a su firma.
El impacto de Cliff Burton
Flynn, entonces con solo 16 años, quedó fascinado: «Y allí estaba Cliff Burton. Recuerdo cada segundo de ese show». Con su camiseta de ‘Dawn of the Dead’ y esos pantalones acampanados, Burton parecía salido de una película de zombies. Y Hetfield, por su parte, llevaba una camiseta con el mensaje ‘Ronald 6 Wilson 6 Reagan 6’ – un guiño al número de la bestia.
La intimidante fuerza del Circle Pit
El joven Flynn y su amigo, no se atrevieron a unirse a la locura del circle pit que se desató. «Era la primera vez que veía uno en acción, era un huracán de energía. Lo único que podíamos hacer era headbanging, dejándonos llevar por el caos y la música».
Y es que, para alguien como Robb Flynn, ese momento no fue solo un concierto; fue una revelación. Una noche que marcó su camino en el mundo del metal. A veces, el destino del rock se decide sobre las tablas de un escenario, con chicos como Hetfield y Burton cambiando el juego para siempre.